¡EL CEREBRO DEL CORAZÓN!07-12-2014
Publicado por: Bioterapias Madrid
¿Donde se originan las emociones? ¿Quién decide nuestro destino?
¿Es nuestro cerebro o nuestro corazón el que guía nuestros pasos? "El corazón tiene sus razones, que la razón desconoce." PASCAL, Blaise En todo rincón del planeta se jura con la mano en el corazón, se lo ofrece como prueba de amor, se lo siente estallar de tristeza o estremecerse de miedo. Se obedece a sus ?corazonadas?. Se vitupera a los de ?corazón duro? y se honra a los que poseen ?un corazón de oro?. Se trata, acaso, de la metáfora más antigua, íntima y universal de todas. ¿Metáfora nada más? (Fabiana Fondevila. Revista Viva. 4 de abril de 2010) En los últimos veinte años la neurociencia y la neurobiología han investigado de la incidencia de las emociones en diversos trastornos orgánicos. En el caso de los trastornos cardíacos, cada vez es más claro que las emociones tiene un rol clave.
En el artículo ?Cuando la emoción es el detonante?, publicado en la revista Viva, el 4 de abril de 2010, Sandra Pugliesi escribe: Las emociones son el resultado de un conjunto de procesos que suceden en el organismo y no solo pertenecen al mundo psíquico. Frente a una situación de miedo, por ejemplo, el cuerpo reacciona con una serie de respuestas: palidez, piloerección, enfriamiento de las manos e incluso manifestaciones fisonómicas,CEREBRO DEL CORAZÓN
como la cara de miedo. Estas reacciones son instintivas, biológicas, independientes de la cultura. ?La sensación de miedo surge de la percepción del estado corporal que produjo la emoción?, explica Carlos Tajer, jefe de cardiología del Hospital de Alta Complejidad El Cruce de la provincia de Buenos Aires y autor de El corazón enfermo. ?Las emociones son programas biológicos de supervivencia que el organismo desencadena, esto no quiere decir que las emociones no sean psicológicas, culturales; son las dos cosas al mismo tiempo?, señala. ?En las autopsias y en las biopsias se observó que más del 70 % de los infartos se asientan en una arteria poco enferma que se accidentó, produjo un coágulo y se tapó?, explica Tajer, quien en su libro desarrolla la conexión entre las emociones y el infarto. ¿Cómo es el mecanismo por el cual las vivencias negativas pueden provocar una afección cardíaca? (...) Tajer también recoge estudios epidemiológicos que indican que la inequidad, el menor nivel de ingresos y vivir en barrios postergados son factores que inciden en la salud cardiovascular. Catástrofes naturales, crisis económicas y situaciones de guerra se agregan a la lista. (...) ?El infarto no es un episodio aislado, es un contexto complejo que eclosiona?. En todos los casos, hoy está claro que indagar en las emociones y en cómo cada uno las procesa puede ser el curso de acción más relevante. Corazón roto Investigadores de la Facultad de Medicina Johns Hopkins probaron que se puede morir por un "corazón roto". Estudiaron pacientes con arterias sin coágulos que sufrieron infartos luego de cuadros de estrés emocional, como la pérdida de la pareja, y encontraron que los niveles de hormonas del estrés en sangre eran tres veces más altos que los de las víctimas de infarto convencionales. Son conocidos los casos del "síndrome del corazón roto", en el que la pareja muere luego de morir su esposa o marido. "Las relaciones entre las emociones y el aparato cardiovascular han sido objeto de interés desde tiempos remotos. Durante siglos el corazón fue pensado como el sitio donde nuestras emociones se originaban. Sin dudas esto estuvo originado por la observación cotidiana de que todo aquello que no nos resulta indiferente, produce cambios objetivos en la función cardíaca", dice Marcelo Cetkovich, jefe de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro e INECO. Y cita a William James, precursor de la psicología científica del siglo XIX, quien afirmaba que las emociones son el correlato neurovegetativo de las representaciones mentales. "Sin embargo, la ciencia muestra que el corazón es más la víctima que el origen de las emociones —dice Cetkovich—. En los últimos años varios estudios mostraron que los trastornos afectivos están sobrerrepresentados en personas con enfermedades cardiovasculares, aumentando la posibilidad de una evolución no tan favorable". "Las relaciones entre los trastornos del sistema nervioso central y el aparato cardiovascular son íntimas y complejas y el acceso a un diagnóstico psiquiátrico precoz en personas con enfermedades cardiovasculares son necesarias", agrega Cetkovic. *Al menos un 30% de los pacientes con enfermedad cardíaca padecen o van a padecer sintomatología psiquiátrica, particularmente depresión y ansiedad. *Existe evidencia suficiente que indica que el tratamiento precoz y adecuado puede mejorar significativamente la morbimortalidad por causas vasculares. *La depresión y la ansiedad, además de aumentar el riesgo vascular, disminuyen la adhesión terapéutica a la medicación y a los programas de rehabilitación, además de aumentar conductas de riesgo como sedentarismo y abuso de tabaco y alcohol. CEREBRO DEL CORAZÓN
Leo Pozuelo, del Departamento de psiquiatría de la Clínica Cleveland, en los Estados Unidos, explica que durante los últimos cuatro años estudió la relación entre el corazón y el cerebro. "Entre el 20 y el 30 % de los pacientes cardíacos tienen depresión clínica, y los cuadros de ansiedad, aunque hay menores datos, en nuestra experiencia también son altos y dignos de tener en cuenta en la evaluación y tratamiento del paciente cardíaco". Cerebro del corazón En la nota publicada en la revista Viva, el 4 de abril de 2010 se postula que: Una nueva línea de investigación parece indicar que el corazón posee una forma de inteligencia que el cerebro apenas vislumbra, y es esa inteligencia la que, a menudo decide entre la enfermedad y la salud, la felicidad y la depresión, la vida y la muerte. Para los libros de anatomía, el corazón es un órgano musculoso del tamaño de un puño que pesa unos 400 gramos y bombea unas 70 veces por minuto. Pero este músculo pedestre tiene una línea directa con nuestras emociones, y ha dado muestra de alguna propiedad asombrosa: capacidad de intuición (reacciona a un estímulo antes de que se produzca, y antes de que la información llegue al cerebro); un campo electromagnético cien veces mayor al del cerebro, que afecta positiva o negativamente al entorno según la información que transmita; alberga memoria de corto y mediano plazo que lo habilita para tomar decisiones funcionales que no involucran a la corteza cerebral, y según algunos estudios, hasta poseería la facultad de emitir luz. Ya en los `90, el neurocardiólogo J. Andrew Armour postuló el concepto del heart brain (cerebro del corazón): un sistema nervioso intrínseco que incluye neuronas, neurotransmisores, proteínas y células de apoyo similares a las que se encuentran en el cerebro, que lo facultan para aprender, recordar, sentir y percibir por su cuenta. El corazón es, además, unos de los órganos endócrinos más importantes del cuerpo: produce al menos cinco hormonas fundamentales. Para los especialistas que hoy estudian el corazón como centro energético del cuerpo consideran que, más crucial que lo que este órgano puede hacer por sí solo es lo que logra cuando actúa en sincronización y armonía con el cerebro y otros sistemas del cuerpo. A esta sutil danza la han bautizado como coherencia. Rollin McCraty es codirector del Institute of HeartMath, una entidad sin fines de lucro dedicada a la investigación y difusión de un estilo de vida que usa la inteligencia del corazón en concierto con la mente. McCraty explica que la coherencia es "el fluir armonioso de información, cooperación y orden entre los subsistemas de un sistema mayor". En el cuerpo humano, explica, "es el ritmo cardíaco el que marca el paso a todo el sistema. El latido rítmico del corazón influye sobre los procesos cerebrales que controlan el sistema nervioso autónomo, la función cognitiva y las emociones". ¿Qué propone este HeartMath a partir de sus hallazgos? Enseñar a las personas a dirigir la conciencia al corazón con diversas técnicas, para lograr un estado de coherencia aun en situaciones de estrés. Las investigaciones que llevan a cabo desde hace años indican que las emociones positivas -la compasión, el amor, la valoración- generan naturalmente un estado de coherencia que redunda en facultades cognitivas agudizadas, un estado de relajación alerta y mejoras en enfermedades y trastornos como el asma, la diabetes, la presión alta y las arritmias. (...) ¿En qué consisten esas técnicas? La más simple se llama Freeze-frame (congelar la imagen), y se aplica en situaciones de estrés. Consiste en lo siguiente: *Suspender a conciencia pensamientos y sentimientos negativos. *Enfocar la atención en la zona del corazón; sentir que se inhala con el corazón y se exhala a través del plexo solar (ubicado apenas encima del ombligo). *Hacer un esfuerzo sincero por evocar un sentimiento positivo: amor por una persona, un lugar, una experiencia. *Preguntarse qué acción ayudaría a estabilizar el sistema nervioso. *Percibir cualquier cambio en las sensaciones y sostenerlo tanto como sea posible. (...) Puran y Susanna Bair, fundadores del Instituto de Meditación Aplicada, con sede en Tucson, Arizona, lleva esta propuesta un paso más allá. En su libro Vivir desde el corazón, proponen una meditación basada en aprender a sentir los latidos del corazón. "Al principio uno se entrena sintiendo el pulso, pero la idea es sentir los latidos en el pecho. Uno asocia el escuchar su corazón con estados de agitación, pero cualquiera puede aprender a sentirlo en estado de reposo, y a coordinarlo con la respiración. Esto genera una conexión inmediata y una gran tranquilidad", explica Puran y dice que su método, llamado Heart Rhythm Meditation, contrasta con las meditaciones de origen oriental: en vez del desapego busca la conexión. ?El cerebro tiende a analizar, a separar en partes; el corazón busca la síntesis?. Y sostiene que su técnica atenúa arritmias, acelera postoperatorios y combate infecciones.
Aquí el psiquiatra Marcelo Cetkovich, jefe del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y jefe de psiquiatría de INECO admite que ?está comprobado que algunos tratamientos complementarios como la meditación tienen la capacidad de modificar parámetros neuronales, tensión cardíaca y otros factores vinculados al estrés. También se sabe que el hecho de enfocar la atención sobre un órgano enfermo puede tener efectos analgésicos. No conozco estos estudios puntuales sobre el corazón pero esa parte tiene fundamento?. Si deseas el articulo completo escríbenos a contacto@bioterapiasmadrid.com y con gusto te lo enviaremos.